Para poder desarrollar las actividades de forma autónoma, las personas con autismo necesitan una estructura visual clara y estable que les indique en todo momento aspectos básicos como:
- ¿Qué trabajo tengo que hacer?
- ¿Cuánto tengo que hacer?
- ¿Cómo sé que estoy avanzando, cómo sé cuándo he terminado y dónde pongo el trabajo, una vez terminado?
- ¿Qué tengo que hacer a continuación?
Para dar soporte a estas demandas, en el ámbito de la intervención educativa del autismo se cuenta con lo que se conoce como “Sistema de Trabajo Individualizado”. Se trata de una de las estrategias básicas del Programa TEACCH (Mesibov y Howley, 2010) que se viene usando en numerosos países desde hace varias décadas. SAVIA se inspira en este programa para crear un espacio virtual de dimensiones reducidas y que está orientado al trabajo individual, con o sin ayuda.
El objetivo es que el niño con TEA se familiarice con los elementos del Sistema de Trabajo Individualizado, guiándose por un panel de tareas, una bandeja de entrada, un espacio de trabajo, una secuencia de pasos a seguir y una bandeja de salida. Estos hitos responden a las necesidades de estructura visual indicadas anteriormente y han sido adaptados en el juego Aprender a aprender.
Con el aprendizaje de la dinámica de funcionamiento de este sistema y el desempeño de forma autónoma de un grupo de tareas básicas de complejidad mínima (de emparejamiento, causa-efecto y otras actividades básicas) podremos afirmar que el usuario, en cierto modo, habrá “aprendido a aprender” y de ahí el nombre que le otorgamos a este juego.